Vogue, 2016. 73 questions with Taylor Swift, minuto 9:42. “If you were not a singer, what would you be doing?”, pregunta el entrevistador. “Might be in advertising”, responde Taylor con la seriedad de una persona que se ha hecho el mismo cuestionamiento en repetidas ocasiones. “Maybe like, coming up with slogans and concepts is the same as hooks and songs”.
Taylor Swift es una de las artistas que han dominado la escena musical en la última década, y su éxito está respaldado por un sinfín de logros. Es la primera mujer en ganar tres veces el Grammy por “Álbum del Año". Ha ganado más American Music Awards en la historia, incluyendo el de “Artista de la Década” en 2019. Con su álbum Midnights rompió el récord de “Disco más reproducido en un solo día” dentro de Spotify, con 184.7 millones de reproducciones. Ocupó al mismo tiempo los diez puestos del Billboard Hot 100 la semana de lanzamiento de Midnights. Su gira The Eras Tour es la más recaudadora de la historia realizada por una artista femenina, y a la fecha de publicación de este artículo, ni siquiera ha concluido. Tanto Spotify como Apple Music anunciaron a Taylor como la Artista del Año 2023. Y como si todo eso no fuera suficiente, recientemente la revista TIME nombró a Taylor "Person of the Year".
Taylor ha alcanzado la cima de la industria musical de manera tan contundente que parece no tener competencia. Como dijo acertadamente Martin Kihn: “By now, it’s clear Taylor Swift’s only rival is herself”.
Aunque artistas del calibre de Taylor suelen depender de agencias especializadas para gestionar sus marcas personales, la realidad es que Taylor no solo está al frente de su equipo, sino que ejerce un control meticuloso sobre cada aspecto de su promoción. Cada estrategia, cada campaña, lleva la marca indeleble de su creatividad y visión. No es simplemente una espectadora pasiva en el proceso; es una arquitecta activa de su propio éxito. Su participación directa en la planificación y ejecución de las estrategias promocionales de su música destaca su papel como una astuta estratega de marketing y mujer de negocios que entiende la importancia de mantener el control sobre su propia narrativa.
En esta entrada de blog, exploraremos algunas tácticas que Taylor y su equipo han utilizado para crear y fortalecer la icónica marca personal que es Taylor Swift©. Desde relaciones de empatía con el público hasta decisiones clave en la gestión de su imagen pública, examinaremos con lupa las estrategias que han llevado a Taylor a posicionarse como una figura emblemática en el escenario global.
Narrativa personal: La fuerza del relato
En 2006, una Taylor de diecisiete años lanzaba su primer single, “Tim McGraw". “When you think Tim McGraw, I hope you think my favorite song, the one we danced to all night long, the moon like a spotlight on the lake”, cantaba sobre un intenso amor de verano.
Desde el primer momento, Taylor utilizó sus canciones como si fueran una crónica de su vida. Cada verso se convirtió en una expresión de sus experiencias más íntimas y personales, permitiendo a sus seguidores, los swifties, identificarse con las emociones y experiencias que compartía. Este enfoque único estableció un vínculo especial entre Taylor y su audiencia.
Diez años después de su debut, en 2016, la tormenta mediática creada por Kim Kardashian y Kanye West puso en jaque la carrera de Taylor. “Wait it’s legit National Snake Day?!?!?!?They have holidays for everybody, I mean everything these days!”, expresó Kim en un tweet, provocando que las personas inundaran las publicaciones en redes sociales de Taylor con emojis de serpiente. El bullying alcanzó un punto tan alto que Instagram desarrolló una herramienta para bloquear la entrada de comentarios ofensivos con el objetivo de proteger a la cantante.
De manera similar, Kanye escribió la canción “Famous”, donde cantaba: “I feel like me and Taylor might still have sex, why? I made that bitch famous”. Además, durante sus conciertos, incitaba a sus seguidores a corear “Fuck Taylor Swift”.
Sin embargo, mediante una jugada magistral, Taylor retomó el control de su propia historia con el álbum Reputation. Este álbum no solo marcó un cambio en su estilo musical, sino que también fue una declaración de independencia narrativa. Taylor transformó la adversidad en arte, cautivando al público con su vulnerabilidad y fortaleza. Este giro la redimió ante sus seguidores, y la posicionó como una fuerza imparable.
Hoy, su narrativa no solo se encuentra entretejida en sus letras, sino que también se extiende por cada elemento de su marca personal, construyendo así una historia cohesiva y poderosa. Su habilidad para reinventarse, superar obstáculos y continuar evolucionando no solo demuestra su destreza como artista, sino que también resalta su capacidad de utilizar su propia vida como una fuente inagotable de inspiración y creatividad. La narrativa de Taylor Swift es un relato en constante evolución, donde cada capítulo revela una nueva faceta de su genio artístico y su resiliencia única.
Control de marca: La importancia de la autenticidad
“It’s me, hi, I’m the problem, it’s me. At teatime everybody agrees. I’ll stare directly at the sun but never in the mirror, it must be exhausting always rooting for the anti-hero”, confiesa Taylor en uno de sus últimos singles, “Anti-hero”, donde aborda sus mayores inseguridades, incluyendo su complejo por su estatura y su tendencia al people-pleasing.
En el complejo mundo del entretenimiento, donde la imagen personal puede ser moldeada y manipulada, Taylor destaca como una figura que abraza la autenticidad como piedra angular de su marca. A medida que se forjaba en la industria musical, Taylor entendió que la autenticidad es una herramienta estratégica invaluable, con el poder de trascender las barreras del escenario.
Claro que Taylor no siempre proyectó esta autenticidad. En sus primeros pasos en la escena musical, Taylor adoptó una imagen ficticia de "good girl", recatada e inocente. Una elección que, en retrospectiva, se vincula no solo a su estilo artístico, sino también a las expectativas del género country en el cual inició su carrera. El country a menudo demanda una representación puritana de sus cantantes femeninas, y Taylor, consciente de estas exigencias, moldeó su imagen en consecuencia. Por ejemplo, hoy en día es imposible pensar en Taylor sin su signature red lip, pero al inicio de su carrera, evitaba este tono por sus connotaciones sensuales. La maquillista Gucci Westman fue la primera en darle a Taylor un red lip, y dijo al respecto: "She'd never worn a red lip—when the red lip happened, I had to get permission by her mum" después de que el equipo de Taylor le informara que la cantante no usaba rojo.
Sin embargo, conforme su carrera avanzaba, la fachada cuidadosamente construida comenzó a resquebrajarse. La percepción de inautenticidad, combinada con el cambio de rumbo en su imagen pública, llevó a que el público le diera la espalda a Taylor. Este proceso alcanzó su punto álgido en 2016, cuando la artista experimentó una cancelación masiva.
La verdadera transformación ocurrió con el lanzamiento del documental Miss Americana en 2020. Aquí, Taylor desgarró las capas de su imagen anterior y compartió sus luchas internas, como su trastorno alimenticio y los problemas de depresión que enfrentó después de su cancelación; así como su inclinación al partido político democrático de Estados Unidos. Esta revelación de vulnerabilidad fue aplaudida por sus leales swifties y marcó un hito en su camino.
Desde entonces, Taylor ha seguido desafiando expectativas y “haciendo lo que le da la gana”, como dijo en su discurso de aceptación del premio “Mujer de la década”, entregado por Billboard en 2019.
Coherencia de principios
Detrás del micrófono y más allá de los escenarios, Taylor Swift ha demostrado ser una defensora apasionada de sus valores, desafiando sistemáticamente las normas de la industria musical y abogando por una compensación más justa para los artistas. Su lucha por sus principios éticos se manifiesta en diversas formas, desde actos de altruismo no publicitados hasta enfrentamientos públicos con titanes de la industria.
Uno de los capítulos más destacados de esta lucha fue su enfrentamiento con Spotify. Taylor, consciente de la injusticia en la compensación de los artistas, retiró su música de la plataforma hasta que se implementaron cambios significativos en la remuneración. Este acto audaz tuvo un impacto considerable, generando una conversación global sobre la valoración del arte en la era digital. Además, su determinación se tradujo en una victoria para la comunidad musical cuando Apple Music ajustó su política de pagos a artistas.
La batalla contra el magnate de la industria musical Scooter Braun y su antigua casa discográfica Big Machine Records por los derechos de sus primeros álbumes ilustra aún más la ferocidad con la que Taylor defiende lo que cree justo. La adquisición de sus másteres por parte de Braun sin su consentimiento la impulsó a emprender la audaz iniciativa de regrabar y relanzar sus álbumes originales. Esta estrategia no solo le otorga el control creativo y financiero, sino que también establece un precedente en una industria donde los artistas a menudo ceden sus derechos sobre su obra.
Fuera de los titulares, Taylor también ha tejido una red de ayuda invisible. Muchas veces, ha brindado asistencia económica a los swifties en momentos de necesidad, una práctica que destaca su conexión genuina con aquellos que la han respaldado a lo largo de los años. Estos actos altruistas, aunque esporádicos, subrayan el compromiso inquebrantable de Taylor con sus valores.
El valor de la conexión: Taylor y su dominio de la audiencia
La habilidad distintiva de Taylor para conectar con su audiencia se traduce en una relación directa y significativa con sus swifties. Consciente de la importancia de establecer una conexión emocional, la estrella pop utiliza las redes sociales como un medio efectivo para interactuar con sus seguidores. Desde responder preguntas hasta compartir aspectos íntimos de su vida, Taylor crea un espacio que va más allá de la relación artista-fan convencional, construyendo una comunidad sólida y duradera.
Una gran práctica de esta conexión son las Secret Sessions. Iniciadas en 2014, estas exclusivas fiestas eran un regalo personal de Taylor a sus seguidores más leales. Seleccionados cuidadosamente a través de sus perfiles en redes sociales, especialmente Instagram y Tumblr, los fans eran invitados a la casa de Taylor y tenían la oportunidad de escuchar su nuevo álbum antes del lanzamiento oficial. Este gesto generaba anticipación y establecía un vínculo especial entre la artista y sus admiradores.
Durante estas sesiones, Taylor no solo compartía su música, sino también historias detrás de las canciones, escuchaba las teorías y deseos de los fans, y hasta compartía galletas preparadas por ella misma. Esta experiencia íntima reforzaba la conexión emocional y permitía a los swifties convertirse en participantes activos del viaje creativo de Taylor. Desgraciadamente, la pandemia de COVID-19 terminó con esta tradición.
(Si quieres más detalles sobre las Secret Sessions, te recomiendo este vídeo).
Taylor manifiesta aún más su compromiso con su audiencia en las redes sociales. Frecuentemente se le ve interactuando en las transmisiones en vivo de sus seguidores, respondiendo a sus publicaciones e incluso llevando a algunos a eventos importantes. Este nivel de participación personal no solo resalta su dedicación, sino que también refuerza la conexión única entre Taylor y sus apasionados swifties.
Además, Taylor siempre se asegura de que sus seguidores se sientan verdaderamente escuchados. Por ejemplo, cuando lanzó su álbum Red en 2012, la canción "All Too Well" se convirtió en una favorita del público. En una entrevista reveladora, Taylor compartió que originalmente la canción tenía una duración de 10 minutos, pero se había visto obligada a acortarla para cumplir con los estándares de la música pop. Por supuesto, a lo largo de los años, los fans no dejaron de solicitar la versión original de "All Too Well". Aprovechando la regrabación del álbum Red, Taylor no solo lanzó la versión completa de 10 minutos de "All Too Well", sino que también creó y dirigió un cortometraje para acompañar la canción. Y los fans, para mostrar su agradecimiento, llevaron la canción al número 1 del Billboard Hot 100. Nunca antes una canción tan larga había ocupado ese puesto. Este acto ejemplifica la dedicación de Taylor de hacer felices a sus swifties y demuestra su compromiso continuo con la conexión auténtica que comparte con su audiencia.
Lecciones de Taylor Swift para tu marca personal
Taylor Swift es una de las más importantes divas del pop, y además es una brillante estratega de marketing. Su capacidad para tomar las riendas de su narrativa, abrazar la autenticidad, defender sus principios y conectar de manera genuina con su audiencia son lecciones valiosas para aquellos que buscan construir una marca personal duradera y auténtica.
He aquí algunos consejos más puntuales que puedes implementar para tu marca personal:
1. Toma las riendas de tu narrativa: El storytelling de Taylor no solo reside en sus letras, sino que se entreteje en cada aspecto de su marca. Controlar tu propia historia, ser el arquitecto de tu narrativa, es una herramienta poderosa. No esperes a que otros cuenten tu historia; toma las riendas y da forma a tu propio relato.
2. Abraza la autenticidad: La autenticidad es una táctica estratégica invaluable. Aunque Taylor no siempre proyectó esta autenticidad, su disposición a desgarrar capas y mostrarse vulnerable la ha posicionado como una figura auténtica y poderosa. Ser fiel a uno mismo resuena con la audiencia, y establece una conexión genuina.
3. Defiende tus principios: La coherencia de principios es un pilar fundamental en la estrategia de Taylor. Ya sea desafiando las normas de la industria musical, luchando por la justicia en la compensación artística o enfrentándose a titanes de la industria, Taylor demuestra que defender lo que crees justo no solo es valiente, sino también estratégico.
4. Conecta genuinamente con tu audiencia: Taylor Swift ha elevado la conexión artista-fan a nuevas alturas. Desde las Secret Sessions hasta interactuar directamente en redes sociales, su compromiso genuino con su audiencia ha construido una comunidad sólida. La lección aquí es clara: una conexión auténtica y directa con tu audiencia es la base de una marca personal perdurable.
5. Haz felices a tus seguidores: El compromiso de Taylor con la felicidad de sus swifties va más allá de la música. Escuchar sus deseos, responder a sus solicitudes y sorprenderlos con gestos significativos fortalece la relación. Si tienes una marca personal, comprende a tu audiencia, atiende sus necesidades y da un paso más para hacerlos felices.
Y bueno, querido lector, eso es todo. Espero que esta entrada de blog te ayude a llevar tu marca personal a nuevas alturas. Y si de casualidad te quedaste con ganas de escuchar a Taylor, te presento una playlist con mis canciones favoritas de cada era.
Stay peachy!,
-Diana.
(Esta entrada de blog no habría podido ser posible sin el apoyo de mi coworker Monserrat Reséndiz, quien fue clave a la hora de realizar la operación matemática correcta para determinar la edad de Taylor Swift en 2006; y Fátima Solis, quien me ayudó a colocar la primera imagen en el lugar correcto).